lunes, 16 de abril de 2012

PRÁCTICA II: Analizar una entrevista

Fecha: 19-30 de marzo de 2012

En esta segunda práctica vamos a realizar un análisis de la entrevista a Dolores, testimonio elegido en la primera práctica. Para ello deberemos analizar los elementos verbales y su contenido, los no verbales (lenguaje no verbal) y el contexto en el que se desarrolla el relato.

Identificación de la ficha

Práctica 2: 06 de abril del 2012
Nombre de la entrevistada: Dolores Velázquez Luque
Origen: San Bernardo (Sevilla)
Sexo: Mujer
Edad: 70 años (aproximadamente, no hay datos)
Tema: La vida cotidiana de la España pobre de los años 40
Duración de la entrevista: 2:23



Transcripción de la entrevista

Yo nací en San Bernardo…Estaba mi madre limpiado el corredor y le dio un dolor y me tuvo un dolor y me tuvo casi, casi en el suelo.
Que había una plazoleta muy grande y el número era el 31…31, y a donde nosotros estábamos eran habitaciones nada más, raras eran las que tenían dos habitaciones, por ejemplo la mía nada más que tenía una habitación. Tenía mi madre una cama y yo me tenía que acostar con mi hermano porque no había mas sitio.
Y pa´ lavarnos, po´ entonces cogía mi padre una cortina, la ponía, y con un baño de esos de zinc y ahí se bañaba, primero nos bañábamos nosotros, después se bañaba él porque allí había que aprovechar el agua, porque había que acarrearla con un cubo.
Y entonces en el patio pues allí tenía mis amigas, allí sacábamos los cacharritos de…, yo no. Una amiga mía que tenía una cocinita, de hierro, no sé si se la hizo el padre, no me acuerdo… yo lo que sé que disfrutábamos con esa cocinita porque se ponía ella allí a guisar con un perolito muy chiquitito, le echaba “er” carbón, ponía su perolito con aceite, yo me acuerdo cuando partía las patatas muy chiquititas y eso empezaba a echar pompitas “pa” arriba, “pa” arriba, pa´ arriba.
Po´otra vez entrando en el patio, aquí a la derecha vivía la casera, y aquí había seis lavaderos, seis lavaderos de esos de piedra pero oscuros, con su refregado, y pa´ coger la pila, po´ lo mismo mi madre se tenía que levantar alas cinco la mañana o las seis pa´ dejar un trapo pa´ que no se lo quitaran los vecinos.
Que iba un pianillo, y como mi padre no me dejaba a mi ni que me asomara, porque yo…, mi padre era yo que se..., era mu´ raro y no quería ni que yo viera bailar a las muchachas ni na´, pero yo cuando se quedaba dormido, me asesoraba bien de que estaba durmiendo, y me iba allí “asín” por las baranditas [con los dedos dibuja en el aire lo que podría ser esa barandilla y se ríe], y me ponía…
Que una vez había una fiesta y mi madre iba a encender la copa, iba a encender la copa, pero claro, como antiguamente, mi padre le echaba una poquita de gasolina al cisco, y a…, al cisco carbón. Pero mi hermano y yo, dijimos pos vamos a encender nosotros la copa, mira, con la fiesta allí y con el pianillo, y ahora mi hermano le echa gasolina y le mete fuego. Si tú vieras… [Sonríe], nosotros corriendo, mira las llamas cayendo pa´ abajo pa´ abajo de la candela, y la gente chillando, uyuy…que susto pasamos chiquilla, pero en fin…

   1. Identificación del lenguaje no verbal

El lenguaje no verbal nos da una información adicional, que va mas allá de lo que transmiten las palabras. Nuestra entrevistada, Dolores, es una mujer muy expresiva, su relato lo acompaña con mucha gestualidad y detalles.
Uno de los componentes más importantes en la comunicación no verbal es la mirada que puede delatar mentira, miedo, duda, etc. En este caso, Dolores durante la entrevista mantiene la mirada en la entrevistadora, pero en diversas ocasiones la desvía, por ejemplo cuando cuenta dónde vivía o cuando habla de sus amigas. Este acto reflejo de los ojos indica que busca en el recuerdo, cuando dice el número de la casa donde vivía esta intentado asegurarse de que era el número 31, de hecho repite el número para cerciorarse de que está en lo correcto. Estos son los dos momentos más característicos pero no los únicos.
Llama la atención el hecho de que cuando contamos algo lo acompañamos con gestos para explicarlo. Dolores, nos cuenta: “primero nos bañábamos nosotros, después se bañaba él…” Al mismo tiempo, acompaña dicha afirmación haciendo un círculo con la cabeza. De esta manera está haciendo referencia al número de personas, queriendo abarcar un grupo.
“(…) vivía la casera, y aquí había seis lavaderos, seis lavaderos de esos de piedra pero oscuros, con su refregado, y pa´ coger (…).” A lo largo de la entrevista, Dolores nos explica cómo vivían y cómo era la casa y demás lugares a los que alude en sus recuerdos. En el video, solo muestra el rostro, pero aunque escape a nuestros ojos, podemos apreciar que con las manos y su cuerpo intenta explicar la ubicación referente a lo que narra en el momento. Dolores, como mujer expresiva que es, acompaña su relato de gestos con la mano y es en varias ocasiones cuando nos intenta “dibujar” lo que cuenta. Esto se repite cuando nos habla de las “baranditas” por donde se asomaba.
Todo lo que nos cuenta Dolores en su entrevista hace referencia a su niñez y los recuerdos que conserva de entonces. En un momento dado, recuerda cómo su padre no le permitía hacer algunas cosas que hacían sus amigas, y cómo ella buscaba la manera de hacerlas sin que él se enterara. “Que iba un pianillo, y como mi padre no me dejaba a mi ni que me asomara, porque yo…, mi padre era yo que se..., era mu´ raro y no quería ni que yo viera bailar a las muchachas ni na´, pero yo cuando se quedaba dormido, me asesoraba bien de que estaba durmiendo, y me iba allí “asín” por las baranditas.” En este apartado observamos dos cosas importantes: la primera es que al acordarse de lo que hacía a escondidas de su padre dibuja una media sonrisa en su cara, lo que nos transmite cierto aire de nostalgia, además de contagiarnos de ese cariño con el que se recuerda la niñez. La segunda, advertimos que, aunque en toda la entrevista mantiene un gesto alegre y gracioso, el momento en el que habla de su padre es el más crítico, pues es el único donde deja ese semblante alegre y su rostro cambia totalmente, cambia el gesto de una sonrisa a un gesto serio y frunce el ceño, que nos puede dar a entender que no entendía muy bien o no le gustaba el comportamiento de su padre.
Cabe mencionar, además, que al contar que su padre no le dejaba hacer ciertas cosas, pero que se las arreglaba para hacerlas, mueve la cabeza negando. Con esto parece quiere decir que al final hacia lo que quería aunque no le dejara o simplemente es un gesto más que acompaña la conversación.
Para finalizar la entrevista, Dolores nos cuenta una pequeña anécdota que protagonizó junto a su hermano. “Si tu vieras… [Sonríe], nosotros corriendo, mira las llamas cayendo pa´ abajo pa´ abajo de la candela, y la gente chillando, uyuy…que susto pasamos chiquilla, pero en fin…” Se trata de una anécdota que le hace revivir aquella época de cuando era niña, al contarlo se le escapa una carcajada y se inclina hacia delante, es el momento que recuerda con más alegría, que más gracioso y divertido le parece.

Todas las personas transmitimos diferentes cosas y de manera inconsciente a través del lenguaje no verbal. Las personas mayores necesitan ser escuchadas ya que sienten que su época ya ha pasado y que están fuera de lugar. Por eso, lo mas normal es que en sus rostros se adivine la nostalgia que le despiertan los recuerdos de su juventud y nos contagien los sentimientos que se avivan en su interior.
Por tanto, si tienes la oportunidad escucha a las personas mayores, te empaparás de conocimientos y ayudarás a que se sientan queridos. Recuerda que tú algún día serás un anciano con ganas de compartir tu ayer.

    2. Análisis no verbal/textual

Fuente: Google images
El recuerdo infantil que nos relata Dolores se ubica en Sevilla, en el barrio de San Bernardo, donde el patio de vecinos era el centro de la vida cotidiana de la posguerra.
Según cuenta, su casa era pequeña y estaba muy pegada a otras, todas ellas tenían un patio común. Este tipo de vivienda era frecuente y podía constar de dos habitaciones en las que se repartían hermanos, padres, abuelos, etc. Incluso, zonas como el baño (W.C.) llegaban a compartirse entre varios vecinos.
No obstante, Dolores lo cuenta con naturalidad, porque lo normal era compartirlo todo. La higiene es otra parte de su infancia que recuerda especialmente, cuenta cómo tenían que cargar el agua en cubos y era muy costoso ducharse; improvisaban una bañera con una palangana y una cortina, y por turnos todos se bañaban con él misma agua.
Cabe suponer que el baño no era frecuente como puede serlo hoy gracias a las comodidades que existen con el saneamiento de los edificios. Otra forma que la gente tenía de aseo era lavarse el cuerpo por partes, los brazos, la cabeza, la cara, etc. debido a las complicaciones mencionadas.
Otra actividad que recuerda es la de lavar la ropa en el lavadero: su madre y las vecinas se reunían en torno al lavadero de piedra que era compartido por todas, las cuales debían madrugar para tener sitio y que nadie se lo quitara.
Este lavadero tenía doble función, pues también era lugar de reunión ya que en torno a la labor se establecían relaciones sociales, era un espacio para la charla. En realidad, pese a la dureza de la vida en aquella época para la mayoría de la población, la gente vivía con naturalidad estas actividades que marcaban el día a día, la normalidad y el seguir viviendo pese a lo acontecido y un presente yermo de esperanza. Y es que Andalucía, como otras zonas de España, sufrió durante la posguerra las consecuencias del racionamiento derivado de la autarquía de un estado militar, represivo, dictatorial y centralista.
Fueron años de hambre y de total falta de libertades. Pese a ello, como hemos dicho, la gente reía y se divertía. Dolores recuerda con mucho humor una ocasión en la que alguien tocaba un “pianillo”, y otras chicas, mayores que ella, bailaban al ritmo de la música. Ella recuerda con entusiasmo cómo quería salir también a bailar, pero su padre no quería que participara, pues no hay que olvidar que estamos hablando de una época en el que el cabeza de familia era el que regía la vida familiar y que preponderaba un patriarcado autoritario.
Esa escasez y pobreza de la época también nos la trasmite Dolores cuando relata cómo jugaba de pequeña: “Y entonces en el patio pues allí tenía mis amigas, allí sacábamos los cacharritos de…, yo no.” Dice “yo no” de una forma seria y firme, pareciendo recalcar que jugaban todas las niñas con un mismo juguete pero no era suyo, es decir, ella no tenía esos “lujos.”
No obstante, le vuelven a brillar los ojos cuando cuenta con picardía cómo se escapaba para seguir a la música y a las muchachas. Dolores menciona también entre risas cómo en una ocasión su madre “encendía la copa”, que era una especie de candil que la gente utilizaba para alumbrar en las casas al que le añadían un poco de gasolina para que prendiera más fácilmente. Dolores cuenta que cuando su hermano fue a ponerle gasolina al candil éste se prendió y salieron llamas que asustaron a la gente.
Esta divertida anécdota es la que cierra el relato de la infancia en el patio de vecinos de Dolores. Hay que destacar, que el testimonio de Dolores es el de su infancia, factor que posiblemente explique que sea un recuerdo dulcificado por esta niñez de nuestra protagonista en un momento de tanta penuria como fue la posguerra.

   3. Análisis contextual

Temporal
El tiempo en el que podemos situar el relato de Dolores es la posguerra española, al inicio de los años cuarenta. Franco había ganado la guerra a los Republicanos tras tres años de enfrentamiento.

Espacial
Durante la guerra civil española y sobre todo en la posguerra, se produce un conflicto armado en muchas zonas de España cuyos principales ideales son la lucha contra la dictadura franquista y la defensa del antiguo orden político establecido, la República.
Este conflicto se localiza mayormente en zonas rurales mediante la forma de guerra de guerrillas en la cual la figura clave serán los maquis. Excombatientes de la guerra civil, políticos, huidos o desertores conforman este grupo de resistencia armada que tuvo en Andalucía uno de los focos de mayor actividad y que supuso para el régimen franquista un serio problema debido a las numerosas bajas, en especial las producidas dentro del cuerpo de la Guardia Civil.

Social
La guerra dejó una baja de civiles por los enfrentamientos bélicos entre los bandos, y por enfermedades y desnutrición. Otra de las consecuencias de la guerra fue la emigración forzosa por temor a las persecuciones o por repudio ante el régimen. Otra causa lógica, derivada de las bajas y de la mala salud fue el descenso de la natalidad.
Por último, la consolidación del poder de los sectores y clases vencedoras en el conflicto ejercieron el poder político y económico, directa o indirectamente, durante todo el periodo. Las figuras de este poder fueron la oligarquía financiera e industrial, los terratenientes, el ejército, la Iglesia y la Falange.
Las personas que no eran perseguidas, fusiladas o exiliadas vivieron, la mayoría, en una extrema escasez de recursos de todo tipo, más si cabe en las zonas rurales y en Andalucía, donde nació nuestra protagonista. Fue un momento de la historia de España duro y desavenido, la cruel realidad de la España pobre de los años 40.

Político/jurídico
El sistema político instaurado por Franco fue el Franquismo. La ideología política se sustentaba sobre unos pilares:
*Concentración del poder político en Franco.
* Anticomunismo.
* Antiparlamentarismo y antiliberalismo.
* Nacionalcatolicismo.
* Defensa de la "unidad de la Patria".
* Tradicionalismo.
* Militarismo.
* Rasgos fascistas: símbolos y uniformes, exaltación del Caudillo, violencia como medio político. Los aspectos externos más comprometedores (saludo fascista) fueron atenuados tras la derrota de Hitler y Mussolini en 1945

viernes, 6 de abril de 2012

Actividades complementarias

 Taller sobre prejuicios y emociones en el Trabajo Social
(23.04.2012)

En esta sesión tuvimos la oportunidad de conocer y escuchar al terapeuta Sergio López, quien le ha dado a la terapia un enfoque más filosófico.
Su exposición intenta acercarnos a la  Programación Neurolingüística. Después se presenta un caso práctico con la finalidad de mostrar  algunas de las actitudes y comportamientos que puede tener un trabajador social con prejuicios.
La Programación neurolingüística (PNL) es un modelo psicocognitivo que nace en los años 70 en EEUU, resultado de la síntesis de otros modelos. La PNL es un modelo de comunicación interpersonal que se ocupa fundamentalmente de la relación entre los comportamientos exitosos y las experiencias subjetivas —en especial, modelos de pensamiento— subyacentes. Parte de la presuposición de que todas las conductas humanas tienen una programación y,  según este modelo, existen dos paradigmas en la relación de ayuda: uno es el de la inteligencia emocional y el otro es de la programación neurolingüística.
La PNL apunta a la comunicación y a la percepción, desarrolla unas técnicas con el fin de  saber cómo se estructura lo mental. ¿Y cómo entrar en lo que está dentro? ¿Cómo entra en juego lo cognitivo cuando estamos con el usuario? Desde el mundo de la relación de ayuda, “venciendo los prejuicios de querer ser los invasores”, hay que saber cómo funciona el otro, a través de la escucha activa y el feedback. El metamodelo[1] se centra en saber interpretar cómo se habla. Esta idea es herencia de Chomsky, según el cual expresarse es una experiencia secundaria.
Entre la terapia y la relación social hay algo en común, en ambos el proceso es el mismo, en el que se pasa de la situación presente a la situación de mejora. Los dos comparte los mismos objetivos: que sea realizable a corto plazo, debe depender de uno mismo y debe tener un termómetro personal, es decir, saber que se estan consiguiendo los objetivos marcados

INTELIGENCIA EMOCIONAL
La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. El término fue popularizado por Daniel Goleman, con su libro: Emotional Intelligence, publicado en 1995. Goleman estima que la inteligencia emocional se puede organizar entorno a cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y gestionar las relaciones.
Existen cuatro emociones básicas que son: la alegría, la tristeza, el miedo y la rabia. La alegría es la única que no es problemática; la tristeza se produce ante una pérdida y la superación precisa identificar qué es lo que me produjo esa tristeza, después hay que asumir y afrontar; el miedo puede ser ante el dolor, la muerte o lo desconocido. Cuando el objeto que tenemos delante es externo se puede actuar de dos maneras, reculando (alejándonos) o afrontándolo. Pero si el objeto que me produce miedo no es tan fácil de identificar y no es externo es ansiedad y no  miedo lo que experimentamos, ocasionada por el desconocimiento de ese objeto que nos produce inseguridad. Aquí hay que tener cuidado de que esta ansiedad no se prolongue para que no cree angustia y, finalmente, se convierta en depresión; la rabia: una situación que nos ha generado rabia puede provocar ganas de pegarle a alguien, pero esta reacción violaría un orden social establecido, por tanto, lo más conveniente es no hacerlo. El problema surge cuando esta emoción no se gestiona o no es posible expresarla. Sin embargo la sensación de rabia tiende a aminorar.

Desde el paradigma de la integencia emocional lo ideal es controlar la rabia, el miedo y la tristeza.

CASO PRÁCTICO
Identificar los prejuicios y las emociones que están presentes en la 1ª entrevista de un usuario ante el/la trabajador/a social.
. ¿Qué creencias o prejuicios consideras que refleja el caso?
El trabajador social piensa que le va dar problemas porque supuestamente es un chaval peligroso  ua que  pertenece a una banda callejera. Además parte del supuesto de que el chico sólo busca ayudas económicas.
. ¿Qué aciertos y desaciertos señalarías en cuanto al desempeño del trabajador social?
Se equivoca al juzgarlo antes de empezar la entrevista.
Pone en evidencia su incompetencia y sus miedos ante compañeros.
Deriva al usuario sin valorar su necesidad solamente por el interés propio de “quitárselo de encima” y ahorrarse esfuerzo y trabajo.
No sabe hacer frente a situaciones difíciles.

. ¿Qué emociones detectas que vive a lo largo de toda su gestión dicho trabajador social?
Miedo, pasividad, cansancio, rechazo, soberbia…
Entre soberbia y el miedo, este último es lo más visceral, lo más primitivo. Los sentimientos tienen mucho de elaboración cognitiva donde también tiene peso nuestros valores y codificaciones morales que tenemos alrededor. Detrás de la soberbia se filtra todos unos parámetros culturales. Lo que fundamenta estos sentimientos son las emociones.
.¿Cómo crees que maneja o resuelve esas emociones?
Este profesional no es consciente de sus emociones, no las afronta y ello le impide desempeñar su profesión de forma eficaz. Él huye de las situaciones difíciles en las que no se siente cómodo, algo contradictorio al Trabajo Social. Posiblemente su actuación sea responsable del mal funcionamiento de las instituciones.


[1] Es uno de los pilares del PNL, junto con el Sistema representacional